miércoles, 25 de marzo de 2009

Nuevo eslogan en TV:
«La muerte en directo»

Casos como el de Marta del Castillo han puesto sobre la mesa, una vez más, algunos de los límites que los medios de comunicación no deberían sobrepasar, pero es que hay casos más flagrantes y en este morbo gratuito la televisión es la más osada.

Recientemente hemos asistido a la agonía pública de la ex-gran hermana inglesa Jade Goody, que vendió sus últimos meses de vida antes de que un abrasivo cáncer acabara con ella la semana pasada. Independientemente de que fuera un hecho explotado por los medios ingleses a los que vendió la exclusiva (sin entrar a valorar las motivaciones de la propia protagonista, que en mi opinión estaba en su derecho de ganar el máximo dinero posible para dejar a sus hijos), no entiendo la razón para abrir los informativos aquí en España con la muerte de esta mujer, como si de un programa del corazón se tratara. Se está llegando a un punto en el que parece que hasta los informativos de televisión han perdido el norte y las mismas cadenas no son capaces de diferenciar sus propios formatos, mezclando todo tipo de contenidos, ya sea un programa rosa o un noticiario. Parece que ya todo vale.

Parafraseando el eslogan favorito de los “grandes hermanos” televisivos que reza “la vida en directo”, ahora resulta que el eslogan que más vende es “la muerte en directo”. Y este hecho puede abrir una caja de pandora espeluznante, un nuevo filón aterrador que los medios pueden utilizar, una vez que saben que el morbo extremo que supone una agonía en directo es la nueva gallina de los huevos de oro.

No me sorprendería ver dentro de unos años, que se introduzcan ‘realities’ que emulen a la macabra saga cinematográfica ‘Saw’ en los que los concursantes tengan que pugnar por ver quien sale vivo de un evento ‘circense’. Suena muy exagerado (y lo es), pero sólo harían falta candidatos dispuestos a cualquier cosa por sus 15 minutos de fama (y bien sabemos que los hay…), y acallar las voces críticas que saldrían al paso… pero al tiempo. De hecho ya existe un ‘reality’ que se llama ‘Supervivientes’; sólo es cuestión de darle una vuelta de tuerca más, dejar algo al azar, y el espectáculo está servido.

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martes, 24 de marzo de 2009

(III) Demonizando las redes sociales

Ya hemos hablado de que es totalmente lícita la consulta por parte de terceros de una información que está ahí en las redes sociales, pero esto no quiere decir que se pueda cruzar la línea cuando no sólo accedemos a esa información, sino que la reproducimos y publicamos con total impunidad.

Este abuso ha saltado a la palestra en relación con el rocambolesco caso de Marta del Castillo, cuando televisiones y periódicos han mostrado con total impunidad los perfiles, conversaciones y fotografías que la víctima y algunos de los acusados (con el agravante de ser menores) mantuvieron en la red social Tuenti.


Con anterioridad, cuando esta joven desapareció, la plataforma se usó por parte de sus amigos para llamar al movimiento de esa comunidad para que ayudara en la búsqueda de Marta, creando todo tipo de eventos en ayuda de su búsqueda. Pero cuando empezaron las confesiones de los detenidos, Tuenti se convirtió en un hervidero para el linchamiento popular hacia ellos, y a la vez una fuente generadora de morbo para los medios de comunicación, usando sin consentimiento las conversaciones privadas entre ellos o publicando fotos de Marta con los acusados que hasta entonces no habían visto la luz; desconocidas incluso para la familia, que tuvo que asumir la “doble vida” de Marta, que no es otra que la vida privada de una hija adolescente.


Este espolio que los medios hicieron de la intimidad de estas personas y que vulneraba los propios términos de uso (que prohíben utilizar contenidos privados en otros soportes), terminó con la decisión judicial de obligar a Tuenti a cerrar los perfiles de estas personas para preservar su privacidad y honorabilidad. Incluso Tuenti se está planteando emprender acciones legales contra quienes han abusado de esta situación.


A partir de aquí, muchos son los que han atacado Internet (incluidos paradójicamente los medios de comunicación) y demonizado estas redes sociales, olvidando que el uso que se haga de la tecnología y de las comunicaciones siempre estará sujeto implícitamente a usos perniciosos por parte de mentes perversas o incluso asesinos; pero como todo en esta vida oiga. No seamos miopes, y no matemos al mensajero.

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lunes, 16 de marzo de 2009

(II) ¿Tu red social es una "chivata"?

El tema de las redes sociales da mucho de sí, y más allá del tema de mi anterior post acerca del intento de las estas plataformas de apropiarse de la información que provees, existen otros conflictos que tienen más que ver con la privacidad de esa información que compartes, siendo responsabilidad casi exclusivamente del usuario y de cómo éste gestiona su intimidad.

Se está extendiendo por parte de muchas empresas la práctica de “googlear” el nombre del candidato en un proceso de selección para conocer datos extra o peculiaridades del individuo antes de decidir sobre él. Este proceso ahora se ha ampliado a redes sociales como Facebook o Tuenti, con el consecuente riesgo de estar mostrando al mundo, y sin saberlo, más cosas de las que nos gustaría que otros supieran, y a la larga perjudicarnos en un futuro.

Pero lo que no se puede hacer es señalar a priori a las propias redes sociales como culpables, ya que éstas disponen de herramientas para que el usuario configure los modos de acceso a cada tipo de información, y a partir de ahí el usuario es responsable de saber qué información está mostrando, no pudiendo pretender que nadie, ni siquiera un técnico de recursos humanos o su propio jefe, sea ajeno a una información que está ahí, y que el propio usuario ha facilitado voluntariamente.

Partiendo de que es una práctica totalmente lícita (siempre contando con que no haya fallos de seguridad que permitan que se muestre a toda la red información que hemos configurado como restringida) podríamos entrar a valorar si es más o menos ético que tu jefe “espíe” que foto tienes en tu perfil o cual es tu último comentario.

Como muestra, el caso paradigmático de una joven inglesa que fue despedida de su empresa cuando su jefe leyó en su estado que estaba “aburrida del trabajo”. Mas allá de que pueda entenderse como una intromisión y/o una reacción desmedida de este directivo, también es cierto que puede utilizarse también para destapar al típico listillo que pone una excusa familiar para ausentarse de su trabajo y que gracias a Facebook es cazado en una fiesta de Halloween, y puesto de patitas en la calle.

Cuando nos damos de alta en las redes sociales debemos ser conscientes de que no son redes privadas y que se ajustan a unos términos y condiciones (pese a que casi nadie los lea); y que hay mucha gente que no sabe gestionar la accesibilidad de la información que facilita y que luego carga contra Facebook por “arruinarle la vida”, cuando él es el verdadero culpable de no saber gestionar su intimidad.

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miércoles, 11 de marzo de 2009

(I) Tu red social te quiere poseer

La polémica esta servida: las llamadas redes sociales, las páginas con mayor afluencia en internet de los últimos años con un crecimiento exponencial, han puesto en pie de guerra a los usuarios.

De repente, de la noche a la mañana, el gigante Facebook decidió cambiar las clausulas de las condiciones de uso de su sitio y hacerse propietario vitalicio (y con carácter retroactivo) de los derechos sobre la información, fotos, videos, etc. de sus más de 175 millones de usuarios en todo el mundo; aún incluso después de haberte dado de baja del servicio:

"…licencia irrevocable, perpetua, no exclusiva, transferible, ya pagada, mundial" para "usar, copiar, publicar, retransmitir en 'streaming', almacenar, retener, retransmitir públicamente, transmitir, escanear, reformatear, modificar, editar, enmarcar, traducir, resumir, adaptar, crear obras derivadas y distribuir a través de múltiples soportes" los contenidos subidos, una condición que sobreviviría "al término de tu uso del servicio de Facebook".

Este hecho levantó una gran polvareda entre los usuarios, y mediante afiliación en un evento de la propia web exigiendo la retirada de la medida, consiguiendo que Facebook diera marcha atrás en su decisión tan sólo 24 horas después, devolviendo la propiedad de los contenidos a los propios usuarios. Así se curaba en salud, puesto que jurídicamente infringía diversos derechos de propiedad intelectual o de privacidad.

A raíz de la polémica, Facebook se está abriendo democráticamente a la creación entre todos sus usuarios de las nuevas clausulas de uso.

Sin embargo, su "hermano pequeño" en España, Tuenti quiso intentarlo también, a ver si a él le salía la jugada. Tras la sublevación de una usuaria que proponía un día de huelga sin usar la plataforma como forma de denunciar este nuevo abuso, se ha abierto también la polémica aquí, dentro de una mezcla de pasotismo por parte de la mayoría de los usuarios de esta red social. Sin embargo, el precedente de Facebook ha hecho que también Tuenti escuche a sus usuarios y no siga adelante con sus pretensiones.

Sin duda, la gran expansión de este tipo de webs dónde los usuarios cuelgan “alegremente” su información esta llevando a nuevos dilemas acerca de la privacidad e intimidad de las personas y otro tipo de conflictos legales (relacionados con la propiedad intelectual) y hasta morales, en los que ahondaré proximamente.

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